lunes, 14 de noviembre de 2016

95 AÑOS NO SON NADA. ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL PCE.



Han pasado 95 años desde que el 14 de noviembre de 1921 se fundara el Partido Comunista de España. El nacimiento del PCE viene dado por la fusión de los dos partidos comunistas que había en aquel momento. 




Por un lado el  Partido Comunista Español, el cual nace a partir de que las Juventudes Socialistas decidieran  adherirse a la III Internacional el 15 de abril de 1920, en consecuencia con las ideas internacionalistas encabezadas por Lenin que habían apoyado durante la I Guerra Mundial. Entre los miembros fundadores de este partido, encontramos a Dolores Ibárruri "La Pasionaria", de quien conmemoramos el 27 aniversario de su fallecimiento hace apenas dos días (12 de noviembre de 1989).

Por otro lado, encontramos el Partido Comunista Obrero Español que nace de una escisión en el seno del Partido Socialista Obrero Español provocada por la decisión de algunos de sus miembros de pertenecer a la III Internacional pues tenían una visión más revolucionaria de lo que debía ser el movimiento obrero mientras que otros se mostraban más reformistas y querían seguir formando parte de la II Internacional. Esta escisión se produjo en el III Congreso extraordinario del Partido Socialista, donde tras perder la votación por 2.764 votos, los pertenecientes a la vertiente revolucionaria, que entendían que la II Internacional constituía una traición al socialismo, decidieron separarse del Partido Socialista para crear el Partido Comunista Obrero Español. Esta escisión se dio el 13 de abril de 1921 y fue encabezada por prestigiosos dirigentes socialistas como Antonio García Quejido o Facundo Perezagua entre otras personalidades.




En Italia se daba una situación similar, ya que el 21 de enero de 1921, se fundaba el Partido Comunista Italiano a partir también de una escisión del Partido Socialista Italiano. Uno de sus fundadores fue Antonio Gramsci, quien supo identificar muy bien ese momento en el que se encontraba Europa y que dio lugar a estas escisiones que eran sin lugar a dudas una necesidad en un momento lleno de claroscuros donde lo nuevo no lograba imponerse de golpe, sino que se abría paso tras una larga y difícil lucha contra lo viejo.

Así pues, es en este contexto, en el que la existencia de dos partidos comunistas creaban una situación confusa para el propio movimiento obrero, además del peligro que esto suponía pues de él podía aprovecharse el reformismo, en el que se decidió que lo óptimo para vencer tal anomalía, fuese la unificación de estos dos partidos dando lugar el 14 de noviembre de 1921 a lo que hoy conocemos como Partido Comunista de España.

Por tanto, podemos comprobar, cómo el Partido Comunista de España, lleva en su ADN, desde su nacimiento la idea de unidad, pues la división sólo podía constituir una tragedia para la clase trabajadora. El Partido Comunista de España, es de ideología marxista, y si hay algo que identifica al marxismo, es la intención de llevar el cuerpo teórico a la práctica, por eso, no tardó el PCE en intentar conjugar los esfuerzos de los trabajadores y trabajadoras. Ya en el verano de 1922, en una situación de crisis económica provocada por el estallido de la Gran Guerra y por la debilidad del entramado industrial y económico de España, el cual afectaba sobremanera a la clase trabajadora que veía como se cerraban las fábricas, aumentaban las jornadas laborales pero disminuían los salarios, el PCE apostó por esa unidad, dirigiendo una carta abierta al PSOE, a la UGT y a la CNT para la formación de un Frente Único que pudiese luchar contra la situación que estaba viviendo la clase trabajadora en el país. Por desgracia la respuesta que recibió de PSOE y UGT fue negativa.




Pero la idea de unidad popular, de frente único o de bloque político y social, es una constante en la historia del Partido Comunista de España. El 8 de julio de 1923, ante las amenaza que suponía una dictadura militar, que ya había adquirido en nuestro país síntomas de convertirse en realidad, el PCE advirtió a los trabajadores y trabajadoras de la importancia de la unidad. En el Congreso que se celebró ese mismo día, denunció como error la táctica individual, subrayando que el Frente Único era una necesidad pues una clase obrera atomizada no podría hacer frente a dicha amenaza. Los dirigentes socialistas hicieron oídos sordos y el 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera dio un golpe de Estado que dio lugar a una dictadura que duró hasta comienzos de 1930.

En su afán por llevar la teoría a la práctica, esta teoría se convirtió en realidad en las elecciones de 1936, en las que el Frente Popular, formado por diversos partidos (Izquierda Republicana, PSOE, PCE, POUM y Esquerra Republicana de Catalunya), consiguió la victoria con un 47'1%. Esta unidad se dio por la necesidad imperiosa  de formar un bloque que pudiese parar el avance del fascismo, el cual ya estaba gobernando en Alemania o Italia. El que fuera Secretario General del PCE en aquel entonces, José Díaz, pronunció el 2 de junio de 1935 en Madrid, un discurso en el que dejaba clara la postura del Partido Comunista: "el fascismo no pasará, si todos nos unimos, si vosotros, los diez mil obreros que estáis aquí, los que pertenecéis a otras organizaciones y partidos, obligáis a vuestros dirigentes a aceptar las proposiciones justas de Frente Único que les hace el Partido Comunista, si en vuestras fábricas y talleres, en las oficinas, en las universidades; por todo el país, organizáis la Concentración Popular Antifascista; entonces, si podremos decir muy alto y muy fuerte que el fascismo no pasará". Esta victoria electoral, acabó desatando a los fascistas que encabezados por Franco decidieron dar un golpe de Estado contra un gobierno elegido democráticamente.




Así pues, el concepto de "Unidad Popular" está claramente arraigado en los orígenes y historia del Partido Comunista de España, por lo que hoy, en 2016, ante la situación en la que nos encontramos, ante el avance del fascismo en Europa, en pleno apogeo del capitalismo más devorador e implacable que ha generado unas cotas de desigualdad nunca vistas, en una España con millones de desempleados/as, donde nos están recortando hasta la aniquilación los servicios públicos a los que tenemos derecho y a los que a nuestros abuelos y abuelas les costó mucho conseguirlos, en este contexto, el Partido Comunista de España sigue siendo fiel a sus orígenes, a sus ideas y a su historia, la cual está plagada de grandes camaradas que tanto lucharon en beneficio de la clase trabajadora, y por eso, aprobó en mayo de este año, durante la primera fase del XX Congreso, lo siguiente:

"La unidad popular es lo que le da forma y orientación (a un contrapoder), en una expresión de unificación de luchas. Es pues, la unidad una cuestión indispensable y supone la expresión y unión de las luchas parciales, temporales y sectoriales que organizan y acercan el objetivo estratégico. Esta no constituye una etapa intermedia, ni un fin, sino un proceso en el que construimos alianzas para superar el capitalismo.

En esa construcción, la fuerza motriz del cambio es la clase obrera, por lo que en el proceso de lucha organizaremos y trabajaremos en los espacios de poder popular para construir la unidad popular con aquellos y aquellas cuyas necesidades y aspiraciones se ven afectadas negativamente por la oligarquía, sus monopolios y su régimen".

Por todo esto, y porque 95 años no son nada (aunque han dado para mucho) sólo queda felicitar al Partido Comunista de España en su aniversario mientras nosotros/as los/as comunistas, prometemos que seguiremos gritando con la fuerza propia de la juventud: "Luchar, crear, poder popular".

Salud y República.




jueves, 10 de noviembre de 2016

TRUMP Y EL "RENACER DE LA HISTORIA"



El día de ayer (09-11-2016) además de ser el "día internacional contra el fascismo y el racismo" pasará a la historia por ser el día en el que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, paradojas de la vida. La noche anterior, en vísperas de la jornada electoral, decidí publicar en redes sociales las siguientes palabras: "Quiero que gane Trump"

Por suerte, todas las personas que me conocen, intuyeron que debía de haber algo tras esas palabras y que no era un simple deseo, ya que no tenía mucha lógica que un militante del Partido Comunista de España quiera que un multimillonario xenófobo, misógino, homófobo... sea presidente no ya de una potencia mundial como es EE.UU, sino tan siquiera de una comunidad de vecinos. En el plano personal esto me dejó bastante tranquilo, pero también es cierto que se produjo un debate interesante que me hizo pensar que no estaría de más una explicación más amplia de esas palabras.




El hecho de que Donald Trump sea presidente de Estados Unidos no es en ningún caso una buena noticia. En muchos ámbitos se le ha querido situar como un "outsider", como alguien que está fuera del sistema y esta idea surge porque el nuevo inquilino de la Casa Blanca parece que va a proponer medidas económicas proteccionistas y ésto supuestamente le coloca fuera de un sistema que se basa en el libre mercado. Que pretenda emprender esa política económica, no le sitúa realmente fuera del sistema, ya que cabe recordar, que el capitalismo suele adoptar esta postura económica en tiempos de crisis, volviéndose ultraconservador y proteccionista, como podemos comprobar si estudiamos los postulados económicos de ciertos países tras el "El Crac del 29", como el propio Estados Unidos que en los años 30 subió los tipos arancelarios a más de 20.000 tipos de productos, disminuyendo el comercio exterior en un 66%. O también podemos encontrar las palabras de Abraham Lincoln alabando esta forma de entender la economía: "Yo no sé gran cosa de aranceles. Lo que sí se es que cuando compro una chaqueta de Inglaterra, yo me quedo con la chaqueta e Inglaterra con el dinero, mientras que si la compro en Estados Unidos, yo me quedo con la chaqueta y Estados Unidos con el dinero". Así pues, Trump no es un "outsider", simplemente plantea un capitalismo más conservador pero que no está exento de la explotación de las clases trabajadoras, que siempre son las primeras en sufrir las consecuencias de las crisis económicas.




Ahora bien, hablar de proteccionismo, de este tipo de postulados económicos no resulta lo más interesante para las oligarquías financieras e industriales, más aún cuando se se pretenden firmar acuerdos como el TTIP, CETA o TISA, y es por eso por lo que se ha intentado que Trump perdiese estas elecciones, apoyando desde todos los frentes posibles la candidatura de Hillary Clinton, alguien que sí es la candidata del Orden, alguien que sí apuesta por el sistema tal y como está y que encarnaba a la perfección las políticas neoliberales, tanto las económicas como sus consecuencias sociales. 




Se pensaba que Trump, con sus burdas maneras, sus comentarios machistas, racistas, sus insultos y amenazas caería por sí solo, aunque aún así se potenció a la candidata demócrata en los medios de comunicación nacionales e internacionales, pero en este caso el "Establishment" no contó con un elemento indispensable de la ecuación: el pueblo estadounidense.

El pueblo estadounidense, es un pueblo altamente politizado, acostumbrado a campañas de más de un año, que vive la política como propia y como un espectáculo. Esto, lo del espectáculo, hace que esas posturas surrealistas de Trump, no le hayan pasado una factura negativa, incluso muchos se han visto reflejados en sus argumentos. Por otro lado Clinton resultaba ser la encarnación de la política tradicional, la política que había llevado a millones de familias a una situación de pobreza, de pérdida de derechos, de estancamiento e incluso bajada de salarios, a la desindustrialización de algunos estados, a lo que también ha encarnado Obama...




El resultado de la combinación entre un Trump que resulta atractivo y una Hillary que no parece ser la alternativa que la clase trabajadora estadounidense necesitaba es conocido por todos y todas.

Ahora bien, ¿qué me lleva a comentar que "quiero que gane Trump" la noche anterior a las elecciones?. Simplemente una sensación, una esperanza, una oportunidad.

Donald Trump genera tanto rechazo porque su persona encarna la xenofobia, la misoginia, la homofobia... elementos propios del fascismo y que deben ser detestables en una democracia, pero que por desgracia pertenecen a buena parte de la sociedad estadounidense, por lo que a mi juicio, el problema no reside en que Donald Trump, al sentarse en el despacho oval vaya a institucionalizar dichos elementos, algo que por supuesto es atroz, sino que hay una gran parte de la sociedad de Estados Unidos que aún sabiéndolo, ha decidido darle su voto, y éste, que es el problema de fondo que hay en la sociedad de la primera potencia mundial, no podía ser solucionado en ningún caso por alguien que como he dicho encarna a la perfección al sistema como es Hillary Clinton, principalmente porque es el propio sistema el que genera la xenofobia, la misoginia y en última instancia está generando fascismo, como podemos comprobar no sólo en EE.UU. sino también en muchos estados europeos y en las mismas políticas de la Unión Europea. Es decir, no quieran ver a Trump como una enfermedad pues sólo es un síntoma de la gran enfermedad que es el sistema capitalista.

Si bien creo que el esperpento de Trump, terminará siendo absorbido por el sistema casi en su totalidad, también creo que su incómoda presencia puede generar una serie de grietas en el sistema que hagan que se deban de cuestionar muchas cosas. El Partido Republicano deberá plantearse cómo ha tenido como candidato a un personaje como Trump y lo que es más significativo, cómo un candidato como Trump ha conseguido ganar pese a no contar con el apoyo explícito del partido. Por otro lado, el Partido Demócrata deberá plantearse cómo no ha podido ganar a un candidato como Trump, ni siquiera teniendo el apoyo del establishment. Si estos partidos, bases del sistema político estadounidense, se empiezan a cuestionar estas cosas, lo cual, considero inevitable, todo el sistema puede ponerse en cuestión. Obviamente, esta puesta en duda del sistema no llegará a cargo de él mismo, pero puede, y así debe ser, llegar a cargo de una sociedad que al ver el fracaso del sistema político actual, decida abrir un debate que lleva años cerrado y que hay que volver a poner encima de la mesa.

Es aquí donde veo esa oportunidad:

La Historia está llena de paradojas, y resulta muy curioso que "La caída del muro de Berlín" el 09-11-1989 supusiera lo que Francis Fukuyama llamó "El fin de la historia". Esta teoría del politólogo estadounidense de origen japonés, se basaba en la idea de que con la caída del bloque comunista, se instalaba en el mundo el "pensamiento único" en el que las ideologías ya no serían necesarias pues serían sustituidas por la economía, dentro de lo que serían llamadas democracias liberales. Esta teoría se basa principalmente en:

-Disponer de una economía de libre mercado.
-Poseer un gobierno representativo.
-Mantener los derechos jurídicos.



Dado que parece que Trump pone en tela de juicio estas bases del sistema liberal, pues por un lado parece optar por el proteccionismo como modelo económico, por otro parece que gran parte de la sociedad no va a sentirse representada por un gobierno con claros tintes fascistas y sin una alternativa real al mismo dentro del sistema y que otra parte de esa sociedad tan diversa (latinos, musulmanes, raza negra, mujeres en general... todo lo que no responda al modelo de estadounidense blanco y cristiano) verán sus derechos mermados, es en ese contexto donde considero que puede abrirse la posibilidad de volver a poner encima de la mesa la batalla ideológica que Fukuyama quiso anular. Es ahí donde creo que se puede dar "El renacer de la historia".

27 años después se puede abrir esa posibilidad, y es esa posibilidad, la que debe hacer que las personas que entendemos que la alternativa a esta barbarie nunca podrá encontrarse dentro del propio sistema capitalista, sino que debe buscarse fuera de él y se llama socialismo, debemos estar preparadas para afrontar esa batalla ideológica. Para ello resulta fundamental, poder articular un contrapoder que sí pueda ser valorado como alternativa por esas "clases medias", esas clases trabajadoras que no veían alternativa en el sistema, y para ello, considero que el camino es tomar un discurso de clase que sea capaz de construir una conciencia de clase que logre imponerse en dicha batalla. Esta es la oportunidad que veo, y es por esto por lo que escribí: "Quiero que gane Trump".

El escenario de esta próxima batalla, parece encontrarse en Europa, con las elecciones en Francia, Alemania, Países Bajos... pero debemos ser conscientes de que ese contrapoder, debe ser internacionalista al igual que el sistema que pretendemos combatir. No valdrá con plantear esa batalla sólo en Europa y sólo en procesos electorales, por el contrario deberá ser omnipresente, en todos los lugares y en todos los momentos, así que dado que estamos sumergidos de lleno en tiempos claroscuros, en los que no paran de surgir monstruos como Trump, hagamos acopio de fuerzas y como dijo Gramsci:



Obviamente, la creación de este contrapoder, hay que trabajarlo y podemos tomar como referencia la creación de Frentes Populares que se dieron en Francia o España en 1936, en una situación similar a la actual aunque con condicionantes de diversa índole. Dicha creación no nos caerá del cielo, habrá que trabajarla  y mucho, habrá que apostar decididamente por la creación de un bloque político y social, de una unidad popular como estrategia política en la que el discurso de clase sea claro y contundente. Sé que hay personas que entienden este pensamiento como demasiado optimista, pero estoy convencido que sin optimismo no conseguiremos ya no vencer en esa batalla, sino que ni siquiera seremos capaces de plantearla.

Salud y República.

martes, 25 de octubre de 2016

EL 29 DE OCTUBRE Y LOS CAPRICHOS DE CLÍO



En unos días será 29 de octubre y eso no es buen presagio para aquellas personas que amamos la democracia, la libertad, la igualdad y la fraternidad. En ocasiones, Clío pareciera mostrarse juguetona y tras invocar a Tucídides o Heródoto, blandir su pluma y escribir la Historia, su disciplina más amada, como si de una suerte de coincidencias se tratase. 




No hace ni cien años cuando un 29 de octubre, Italia se estremecía ante la noticia de que el rey Víctor Manuel III había encargado la formación del gobierno a Benito Mussolini, líder del Partido Nacional Fascista pese a que éste sólo contaba con una pequeña minoría de diputados. 

Obviamente, esta minoría, mostraba la evidencia que suponía la ilegitimidad de dicho encargo. Pero cuando las ilegitimidades son tan palpables se suele recurrir a ingeniosos mecanismos que las disimulen y vistan de legitimidad lo que en democracia no es posible. Estos artificios que buscan legitimar lo ilegítimo pueden ser de diversa índole, pero en el caso que nos ocupa, Mussolini optó por entrar con sus seguidores en Roma creando la idea de que lo que hacía era encabezar una insurrección popular que pretendía frenar una revolución socialista. No creo necesario ahondar en este asunto pues es de todos y todas conocido cómo concluyó esa "Marcha sobre Roma" y qué supuso la dictadura fascista en Italia. Como digo, no han pasado ni cien años pues esto que les cuento ocurrió en 1922, aunque seguro que hay detalles que les resultan familiares en 2016.




Pero Clío, en su fijación por el juego de las casualidades quiso otorgarle al 29 de octubre el dudoso honor de albergar el que es conocido como "martes negro" o dicho de otra manera, el momento de mayor pánico del "Crac del 29" como consecuencia del derrumbamiento de Wall Street.

El "Crac del 29" inaugura un periodo conocido como "La Gran Depresión" la cual por mucho que se quiera disfrazar de aleatoriedad, no fue más que el lógico proceso de crisis económica al que da pie el capitalismo. 

Tras "Los Felices Veinte" llegaron "Los Hambrientos Treinta". Como digo, la consecuencia es lógica ya que tras esos años de frenesí económico basados en una especulación que se autoalimentaba en el mercado de valores de Wall Street y en los que el llamado "sueño americano" era una burbuja en la que el precio de las acciones distaba mucho del valor real de las mercancías que representaban, también nos encontramos por otro lado con una industria, especialmente la armamentística, que había sido el principal culpable de ese crecimiento pero que se encontraba en clara decadencia, ya que tras la "Gran Guerra" la producción y la inversión en la misma habían disminuido considerablemente lo que conllevaba el típico aumento de despidos y la bajada de salarios. 

Es aquí donde encontramos la más clásica de las contradicciones del capitalismo, la necesidad de generar beneficios para que el sistema pueda subsistir mientras que se recortan los salarios, lo cual hace que se produzca un subconsumo y por tanto, la demanda baje. Al descender la demanda, baja el valor de la acción financiera pues ya no es deseable, y esto a su vez hace que éstas caigan produciéndose un colapso del propio sistema financiero.  Así pues, el "Crac del 29" fue el resultado lógico de la forma de proceder del sistema capitalista, el cual al caracterizarse en esos momentos (actualmente aún más) en la centralización y en la concentración del capital hace que la quiebra no afecte sólo a una compañía indusrial o a un banco sino que como fichas de dominó, se contagie a una velocidad vertiginosa. Además de esto, la crisis se agravó debido a la gestión que realizó Franklin Delano Roosevelt basada en los recortes y en el deterioro de los servicios públicos. Supongo que esto les resulta familiar en 2016.




Bien, tras 1922 y 1929 llega 1933. Fue el 29 de octubre de ese año, cuando José Antonio Primo de Rivera fundó Falange Española en el Teatro de la Comedia de Madrid. Para dicho evento, Primo de Rivera se enfundó el traje de orador y pronunció un discurso que culminaría así:

"La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros lo que queremos es el movimiento de este día, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria".

Al igual que hiciese Mussolini, utilizó artilugios para esconder lo que es fascismo y dotarlo de legitimidad, para lo que acudió a elementos tradicionales de estos maestros del teatro y del disfraz como es el concepto de "unidad irrevocable que se llama Patria". Supongo que les resulta familiar en 2016.





Se podría pensar que Clío se hubiese cansado de tanto juego, pero parece ser que no, que en 2016, en un alarde casi de malabarismo ha decido mezclar en un solo hecho elementos que ha ido trazando a lo largo de la Historia para el 29 de octubre.

Así pues, en tan sólo unos días podremos ver cómo se consuma un espectáculo dantesco en el que un rey ha encargado formar gobierno a alguien que no tiene los apoyos suficientes y que se disfraza de "salvador de la unidad patria" para esconder la mala gestión que ha realizado de una crisis capitalista, y todo mediante el manido uso de artificios para legitimar lo que es ilegítimo en democracia  (véase el esperpento de Comité Federal del PSOE). Ese alguien, como todas y todos sabéis es Mariano Rajoy, pero todo este "Teatro de la Tragedia" no hubiese sido posible si uno de los mayores actores que ha tenido la política española no hubiese hecho una actuación memorable. Obviamente me refiero a Felipe González, quien por cierto en 1989, ganó con el Partido Socialista las elecciones generales que se celebraron, adivinen cuando...exacto, ¡el 29 de octubre!




Adelante, pueden reír o llorar, pero tengan en cuenta que Clío les está observando y terminará poniéndoles en el sitio que merezcan, quien sabe si junto a los "amantes del teatro" en un 29 de octubre o quizá en un 14 de abril, cuando los amantes de la democracia, la libertad, la igualdad y la fraternidad nos sentimos más cómodos. Elijan ustedes dónde quieren que la musa de la Historia les sitúe, sólo deben recordar que todo dependerá de sus actos y no de sus actuaciones, pues a ella no la engaña nadie... 

Salud y República. 





lunes, 17 de octubre de 2016

DESDOBLAMIENTO DE GÉNERO, FEMENINO GENÉRICO Y LA ACADEMIA



Hoy es 17 de octubre y se celebra por primera vez el "Día de las escritoras", el cual surge como magnífica iniciativa para señalar la desigualdad en la Literatura. Esta desigualdad es patente en muchos ámbitos, siendo el poco reconocimiento que obtienen las mujeres en el mundo literario uno de los más evidentes:

-En 109 ediciones del Premio Nobel en esta categoría sólo 14 mujeres ganaron el galardón.
-Desde 1977 sólo dos mujeres han ganado el Premio Nacional de Narrativa.

Estos son sólo dos ejemplos de la invisibilización de la mujer en la sociedad en general y en el mundo de la cultura en particular. Sin embargo, esta entrada no versa sobre la desigualdad en la Literatura, sino sobre la desigualdad en el lenguaje y sobre todo en cómo algunos académicos parecen molestos cuando dicha desigualdad trata de combatirse.

En primer lugar quisiera señalar cuál es el significado que la Real Academia Española de la Lengua da al término "sublevar":

Del lat. sublevare 'levantar', alzar del suelo'.

   1. tr. Llevar a alguien a la sedición o al motín. Sublevar a los soldados, al pueblo. U. t. c. prnl.
   2. tr. Excitar indignación, promover sentimiento de protesta.

Comienzo con esta definición porque quizá algunos que se dedican a calentar ciertos sillones con letras talladas en la madera de sus respaldos deberían recordar el significado de ciertas palabras.







Es habitual, que algunos de los académicos de la Real Academia Española de la Lengua persistan en la corrección de aquellos y aquellas que utilizamos el desdoblamiento de género y también de aquellas que usamos el femenino como genérico. 

Sinceramente no me molesta que lo hagan siempre que su finalidad sea la de velar por el correcto uso de nuestra lengua (aunque también podrían plantearse cambiar la norma),  sin embargo, en ocasiones persisten tanto en su defensa que algunos de estos académicos bien parecieran enfundarse un burdo disfraz de cruzado y a lomos de su hiriente pluma (o teclado), cargar contra el infiel... En estos casos me planteo a qué viene tanta inquina y cuál es el fin de su cabalgar.

Pues bien, no estaría de más que aquellos académicos de la R.A.E. que persisten de manera sistemática en la realización de esas correcciones, pensaran que las que utilizamos tanto el desdoblamiento de género como el femenino genérico, lo hacemos, no sin esfuerzo, por una cuestión de ideales políticos consistentes en la creación de una sociedad mejor en la que el feminismo debe ser piedra angular de la misma. No somos unas incultas que utilizamos mal el lenguaje por error, ni tampoco somos todos y todas unas desaprensivas que pretendemos inocular el virus del analfabetismo. Lo hacemos como forma de sublevación ante un sistema patriarcal que extiende sus brazos a todos los ámbitos de la vida.






Cuando comento que no lo hacemos sin esfuerzo, es porque no es fácil. Requiere un esfuerzo intelectual poder utilizar el lenguaje para mostrar unas inquietudes políticas. El lenguaje, es en esencia una herramienta para la expresión del pensamiento, y por desgracia, todas hemos adquirido nuestro pensamiento bajo el manto del patriarcado. Esta sociedad tiene un registro lingüístico claramente machista, que ha ido desarrollándose a lo largo de una historia igualmente machista, y nosotras, como parte de esta sociedad, lo que hacemos es rebelarnos a esta realidad, y mediante el uso de estas prácticas, mostrar nuestra indignación ante el sistema patriarcal.

Realmente ya lo saben, no me cabe la menor duda, pues son conscientes de que sólo podría preocuparse por este asunto quien conoce medianamente el lenguaje y su norma, así que estos académicos reaccionan diciendo que no, que eso es "maltratar" el lenguaje y que dicho uso es "artificioso e innecesario", "incorrecto" y que "complica innecesariamente la redacción y lectura de los textos":  http://www.rae.es/consultas/los-ciudadanos-y-las-ciudadanas-los-ninos-y-las-ninas, no por velar por el buen uso del lenguaje, algo que como ya he comentado no me molestaría, sino que lo hacen posicionándose, por afinidad, con  el conservadurismo del mismo, y del propio sistema.

Yo me pregunto, si eliminar la tilde diacrítica en el adverbio "sólo" y en los pronombres demostrativos favoreció mucho "la redacción y lectura de textos": http://www.rae.es/consultas/el-adverbio-solo-y-los-pronombres-demostrativos-sin-tilde, o si aceptar "toballa" o "almóndiga" mejorará nuestro vocabulario haciéndolo más culto, pero eso son otras cuestiones que se desvían del tema central.




Así pues, entiendo que académicos como  Arturo Pérez Reverte, deberían tener esto en consideración y comprender que el uso del desdoblamiento de género y el femenino genérico, no es una práctica de "políticos demagogos", "imbéciles", "timoratos", "acomplejados", "tontos del ciruelo" o "talibancitas de pepitilla"... como él mismo dice en este artículo: http://www.zendalibros.com/no-siempre-limpia-da-esplendor/ sino de personas que conociendo la norma, preferimos incumplirla para visibilizar un problema evidente como es la persistencia del patriarcado en todos los ámbitos de la sociedad y de la cultura. Tampoco es asunto de, como él dice, "ultrafeministas", principalmente porque la R.A.E. no recoge esa palabra y porque según la misma, el feminismo es una "ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres", por lo que tampoco entiendo donde estaría el problema de llevar esa ideología de la igualdad a su máxima expresión.

Quizá el problema esté en que ciertos académicos, sustentan con actitudes como la de Pérez Reverte al propio patriarcado. Fue muy sonado el caso de Félix de Azúa argumentando que Ada Colau debería estar en una pescadería: http://www.eldiario.es/rastreador/RAE-Felix-Azua-Ada-Colau_6_500859921.html, o las críticas que ha recibido en más de una ocasión Mario Vargas Llosa por realizar una literatura machista en la que la mujer siempre suele tener atribuciones del tipo "su pequeño cuerpo", "sus grandes ojos asustados" o "sus pezones pequeñitos"... pero la realidad está en que el problema radica en la misma R.A.E. ya que es ella, como institución académica y cultural la que es machista, misógina si me apuran.

La Real Academia Española de la Lengua fue fundada el 3 de octubre 1714 y en sus más de 302 años de historia, sólo se ha dignado en considerar dignas de sus sillones a once mujeres, siendo Carmen Conde en 1978 (264 años después de su fundación) la primera en conseguirlo. Después vinieron Elena Quiroga (1984), Ana María Matute (1998), Carmen Iglesias (2002), Margarita Salas (2003),  Soledad Puértolas Villanueva (2010), Inés Fernández Ordóñez (2011), Carmen Riera Guilera (2013), Aurora Egido (2014), Clara Janés (2015) y Paz  Battaner (2016). Estos son los únicos once nombres que completan la lista de las académicas de la R.A.E., que a lo largo de su historia ha dejado fuera por ejemplo a Blanca de los Ríos, Carmen Laforet, Concha Espina, Carmen Martín Gaite, Dulce Chacón, Almudena Grandes o a la mismísima María Moliner, cuyo diccionario sigue siendo una obra de referencia a la misma altura que el de la Academia.





En la actualidad, de las 44 sillas disponibles, sólo 8 son ocupadas por mujeres... Quizá Perez Reverte, debería gastar su talento literario en denunciar el patente machismo de la R.A.E. en su "Patente de Corso" en lugar de hacerlo insultando a todas y todos los que sí somos conscientes del problema y su raíz y estamos dispuestas a seguir sublevándonos en favor de una causa justa como es la igualdad entre mujeres y hombres, esperando que de esa manera, la Real Academia Española de la Lengua, deje de creer que las mujeres deben "limpiar, pulir y dar esplendor", pero sólo en su casa.

Salud y República.


miércoles, 12 de octubre de 2016

12 DE OCTUBRE: ¿FIESTA NACIONAL?



Hoy es 12 de octubre, ya ha oscurecido y como no podía ser de otro modo llevamos todo el día hablando de lo oportuno o no que puede resultar que este día sea señalado como el de la "Fiesta Nacional". Se ha hablado del "patriótico" paraguas de Cristina Cifuentes, de cómo las hijas de Felipe y Letizia vestían abrigos rojo y azul simbolizando "las dos Españas"... y por supuesto, también se ha hablado del debate interminable sobre todo lo bueno que aportamos los españoles al continente americano por un lado y la matanza propia de un imperialismo arcaico que supuso por otro.




Quisiera decir que me parece propio de aquel que no quiere ver más allá que ese debate siga vigente, ya que 524 años después del acontecimiento en cuestión, debiera estar superado. Creo que esa postura sólo es justificable para los que se enorgullecen de la obsoleta y fascista idea de "España: Una, Grande y Libre" y para quienes pretenden obviar lo evidente, como es el hecho de que no nos encontramos ante una celebración sobre el descubrimiento de una tierra inexplorada e inhabitada, condiciones imprescindibles para poder hablar de "descubrir", sino que lo que algunos celebran es la conmemoración de una conquista propia de un régimen imperial, de un imperialismo arcaico y muy distinto del imperialismo decimonónico, es cierto, pero imperialismo. De hecho, podríamos considerar la boda entre  Isabel y Fernando, ambos de la Casa Trastámara, como la piedra angular sobre la que se sustentó el posterior imperio español de la Casa de Austria, que en Carlos I y Felipe II encontró a sus máximos exponentes, pero sólo políticamente, ya que desde el punto de vista económico, fue sin duda la explotación de América la que le permitió afrontar los conflictos que se vivían en Europa y proclamarse como el "Imperio en el que no se pone el sol".

Partiendo de esta base, hay que mencionar un dato importante y que suele escaparse, como es que lo que hoy se conmemora como "Fiesta Nacional" fue un hito del que sólo participó la Corona de Castilla, ya que la de Aragón estaba al margen de toda la expedición colombina. El hecho de que todo lo que hoy consideramos España no participara de esa conquista hace que  puede entenderse como un tanto pretencioso que algo que fue protagonizado sólo por Castilla hace más de cinco siglos deba de ser hoy conmemorado  en todas partes de la España actual, más aún cuando la España actual es una España plurinacional, pese a que ciertos sectores más conservadores no quieran verlo.

Con ese dato al margen, creo que lo que deberíamos preguntarnos es qué tipo de hecho histórico queremos celebrar como "fiesta nacional" (en el caso de que un estado plurinacional deba tenerla), ya que si nos paramos a pensar, podremos entender, que una conquista imperialista no es, en ningún caso motivo de celebración. Como España no es el único imperio que ha existido en la historia, podemos hacer un repaso por cuáles son las fiestas nacionales de estados que otrora fueron imperios. Pondré tres ejemplos bien conocidos:

-Grecia: el 25 de marzo de cada año, los griegos festejan la fiesta nacional de la Independencia Griega, ya que el 25 de marzo de 1821 es cuando comienza el largo proceso por la lucha por la Independencia, y después de lograrla surge el nuevo y moderno estado griego. Grecia podía haber optado por conmemora el panhelenismo o las conquistas llevadas a cabo por el macedonio Alejandro Magno, pero prefirió optar por ejemplos menos imperiales.




-Italia: el 2 de junio de cada año, Italia conmemora el referéndum constitucional de 1946, cuando (por sufragio universal) los ciudadanos italianos fueron llamados a decidir qué forma de gobierno (monarquía o república) querían para su país tras la Segunda Guerra Mundial y la caída del Fascismo, referéndum del que salió victoriosa la opción que da nombre hoy a la "Festa della Repubblica. Como es bien sabido, Italia podía haber optado por conmemorar a Octavio Augusto y compañía, pero optó por un acontecimiento menos imperialista y sobre todo que tuviera más que ver con su realidad.





-Francia: el país vecino también contó con su época imperial, pero pese a eso, optó por convertir el 14 de julio en su "Fiesta Nacional" conmemorando la Toma de la Bastilla que acaeció ese mismo día en 1789 dando inicio a la Revolución Francesa. Obviamente, nuestros vecinos optaron por conmemorar un día plagado de connotaciones hacia la libertè, egalitè, fraternitè, antes que celebrar por ejemplo los 2 de diciembre de cada año la batalla de Austerlitz de 1805 en la que Napoleón tomó el control del centro de Europa tras vencer a la coalición ruso-austriaca.




Estos son sólo tres ejemplos de países que han tenido un pasado imperial pero que lo obvian a la hora de celebrar su "Fiesta Nacional". Podría poner otros como, Alemania o Rusia cuyas fiestas nacionales tampoco están vinculadas a su época imperial sino al concepto de "unificación", pero prefiero seguir avanzando en el desarrollo de la idea que se encuentra en el título de esta entrada y es si el 12 de octubre es la fecha más óptima para ser la "Fiesta Nacional" de nuestro país.

Otro dato a tener en cuenta es la unilateralidad de la celebración, es decir, lo que en España se considera día de la Hispanidad, no es celebrado de la misma manera en América, lo que implica dos visiones distintas de un mismo hecho, algo que nos debería hacer reflexionar. Estas son algunas nomenclaturas de lo que se celebra el 12 de octubre allende los mares:

Día de la Raza (México y Colombia).
Día de la Resistencia Indígena (Venezuela).
Día del Descubrimiento de Dos Mundos (Chile).
Día de las Américas (Uruguay).
Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural (Perú).
Día de la Interculturalidad (Ecuador).
Día de la Descolonización (Bolivia).
Día de la Diversidad Cultural Americana (Argentina).




Como ven la visión es bien distinta a la de nuestro país, y digo nuestro país y digo bien, ya que España no es sólo de todas las personas que hoy han decidido ir al desfile de las fuerzas armadas, las cuales por cierto ya tienen su propia festividad o día, el 28 de mayo como en esta dirección web http://www.diadelasfuerzasarmadas.es/ nos muestra el Ministerio de Defensa, sino que pertenece también a otras muchas personas que no se sienten representadas en este día. Considero, que el hecho de que representantes de distintos partidos políticos hayan declinado ir a este evento ya es motivo para ir preguntándose si este día y este modelo de celebración es lo que España quiere como "Fiesta Nacional". Cuando hablo de distintos partidos políticos, me refiero a Izquierda Unida, Podemos, ERC, PDCE, PNV, Compromís y EH Bildu y su representación en el parlamento de 95 diputados y diputadas.

Por tanto,  que el acontecimiento histórico que se conmemora en sí, no debiera ser celebrado y menos aún considerarlo "Fiesta Nacional" pues también se estaría conmemorando la explotación, las sanguinarias matanzas y todo lo que conllevó la "Conquista de América", como la unilateralidad de la celebración, como el hecho de que partidos políticos con una representación de 95 escaños entiendan que sus representados y representadas no los quieren en ella, hace que se deba plantear cuál ha de ser nuestra "Fíesta Nacional" ya que el 12 de octubre parece no representarnos a todas. Sin duda, sería bueno para nuestra salud democrática hacernos esa pregunta la cual puede tener varias respuestas.

Supongo que se preguntarán cuál es la fecha que yo elegiría como idónea y la respuesta es clara:

Ya que por desgracia no gozamos de tener una fecha que conmemore la derrota del Fascismo (como ocurre en Italia) ya que aquí triunfó, la cual sin duda sería la más oportuna, entiendo que debería ser la que represente a todas las naciones de esta nación y sea elegida por todas las personas que la componen.

Salud y República.




martes, 11 de octubre de 2016

PROCESO CONSTITUYENTE: ¿DESDE ARRIBA O DESDE ABAJO?




En los últimos tiempos venimos oyendo de manera más o menos habitual el término “proceso constituyente”, el cual suele estar en el argumentario de algunos partidos políticos situados en el ámbito de la izquierda y de diferentes movimientos y organizaciones sociales.

En primer lugar, sería interesante definir qué es un “proceso constituyente”, ya que podemos entender por tal, el proceso por el cual un Estado democrático crea una Constitución según la voluntad y necesidades de la ciudadanía. Así pues, podemos suponer que cuando estos partidos y organizaciones demandan dicho proceso es porque entienden que la Constitución de 1978 no responde ni a la voluntad ni a las necesidades de dicha ciudadanía.

A mi juicio, una sociedad en la que más del 65% de la población con derecho a voto no aprobó la actual Constitución (porcentaje que irremediablemente aumenta cada año en algo más de un 1%) merece poder debatir y aprobar una nueva Constitución que la represente, ya que las necesidades y la voluntad de la ciudadanía española del 78, distan mucho de parecerse a las de 2016, y poder de esta manera corregir el déficit que la Constitución actual tiene hoy en día. 



Ahora bien, además de crear una Constitución nueva y radiante, también cabe la posibilidad de realizar un "proceso constituyente" mediante un lavado de cara de la Constitución vigente y que este lavado, lejos de ser superficial,  se encauce de forma paulatina, mediante un conjunto de reformas constitucionales que estén relacionadas con reformas laborales, leyes "mordazas", subordinación al pago de la deuda... Seguro que todo esto les suena.

Ante estas dos opciones, sería útil tener claro qué tipo de "proceso constituyente" queremos:

-Uno que englobe un debate ciudadano y que sea aprobado por un pueblo que demande reflejar en el resultado del mismo (la Constitución) su voluntad y sus necesidades, proceso que llamaremos "proceso constituyente desde abajo".

-Uno consistente en reformas constitucionales en las que no participe el pueblo y cuyo resultado esté muy alejado de la voluntad y las necesidades del mismo. A este modelo lo llamaremos "proceso constituyente desde arriba".

Como se puede adivinar, el "proceso constituyente desde arriba", ya está puesto en marcha desde hace tiempo, pues la reforma laboral que llevó a cabo el PSOE data del año 2010, la reforma del artículo 135 fue en septiembre de 2011 o la reforma laboral del Partido Popular fue en 2012. Ya han pasado varios años de todas estas reformas, las cuales tuvieron como resultado la merma de las posibilidades de vivir dignamente de la clase trabajadora además de la creación de un "ejército industrial de reserva" como diría Carlos Marx, que no es más que una amplia gama de desempleados y desempleadas dispuestas a vender su fuerza de trabajo por un salario mucho menor del que merecería su producción, favoreciendo de esta manera a las grandes empresas y sus intereses. Nada es casual.




Todos estos movimientos, son movimientos de las élites, de las oligarquías, de "los de arriba" para realizar de forma gatopardiana un "proceso constituyente" por el cual todo cambie sin que nada lo haga realmente, es decir, cambios aparentes en las formas pero que en su fondo permiten la supervivencia de un sistema que viene mostrándose incapaz de atender las necesidades del pueblo, un sistema corrupto en el que a la democracia le falta oxígeno y que cada vez crea una desigualdad mayor pues responde a los parámetros de un capitalismo que se encuentra en una fase realmente feroz como podremos seguir comprobando si no somos capaces de frenar los acuerdos TTIP y CETA.

Este proceso dirigido por las oligarquías, está vivo, va mutando y reacciona a los acontecimientos que se suceden de diversas maneras, en ocasiones de forma más o menos "regulada" y aprovechando la cotidianidad que ofrecen las instituciones y las mayorías parlamentarias que la oligarquía tiene en ellas, mediante las reformas constitucionales o legislativas y en otras ocasiones de forma digamos que más "improvisadas", las cuales responden a situaciones que realmente ponen en peligro su subsistencia porque de alguna manera u otra no están bajo el absoluto control del sistema. 

Ejemplos de las formas "reguladas", ya se han mencionado algunas como las distintas reformas laborales, mientras que ejemplos de reacciones "improvisadas" tenemos dos realmente claros y que podríamos considerar incluso paradigmáticos:

-La abdicación de Juan Carlos de Borbón en junio de 2014 como respuesta al cada vez más creciente sentimiento de indignación que estaba aflorando en el conjunto de la población ante la situación político-social del país, poniendo en tela de juicio todas las instituciones del Estado, incluyendo a la Casa Real, la cual se encontraba con la imagen muy deteriorada debido a los casos de corrupción que salpicaban a varios miembros de la familia y a un Jefe de Estado más atento a las celebraciones y cacerías que a la situación de un país sumido en una profunda crisis. El sistema lo tuvo claro y optó por cortar tan añeja rama para salvar un árbol aún más añejo pero sin duda caduco.




-Otro ejemplo más reciente es el último espectáculo vivido en el Comité Federal del PSOE que terminó con la dimisión de Pedro Sánchez como Secretario General del partido tras lo que Alberto Garzón Espinosa (Coordinador Federal de Izquierda Unida) denominó un "motín oligárquico". Esta denominación me parece acertada, ya que se trató de dar respuesta a la posibilidad de que se pudiese crear un gobierno alternativo al del Partido Popular y su muleta Ciudadanos y esa respuesta fue dada por las oligarquías. La mera posibilidad de que fuese posible un gobierno que estuviese fuera del control absoluto del sistema, un gobierno en el que las oligarquías no hicieran y deshicieran a su antojo, activó unos mecanismos en los que pronto comenzaron a tomar protagonismo personajes como Felipe González, Juan Luis Cebrián, Susana Díaz o el ministro Fernández Díaz. Quizá, la respuesta haya sido tan truculenta que pueda pasarle una factura irreversible al Partido Socialista Obrero Español.




Así pues, tenemos claro que el "proceso constituyente desde arriba" está en marcha hace mucho tiempo y que seguirá su curso hasta que pueda completarse, esto es, seguirá realizando reformas que sigan mermando las condiciones materiales de vida de la clase trabajadora argumentando que las demandan desde la Unión Europea y que por el bien del crecimiento económico de nuestro país, no sólo son necesarias sino que son  poco menos que indispensables, por lo que nos seguiremos sumiendo en la senda de los recortes y de la pérdida de derechos y lo público mediante privatizaciones. Sobre la pérdida de soberanía nacional por pertenecer a la Unión Europea, también se podría hablar largo y tendido.

Este es el panorama al que nos enfrentamos en los próximos años, el cual parece irremediable a tenor de la más que probable abstención del PSOE en la sesión de investidura que se vislumbra próxima y que en breve nombrará a Mariano Rajoy presidente de la XII legislatura. Pero todo no es negativo. Las contradicciones que tendrán que soportar ciertos sectores del panorama político serán tremendas, especialmente el PSOE, por lo que los partidos políticos y las organizaciones y movimientos sociales que demandan un "proceso constituyente por abajo", se encuentra en la obligación de actuar con generosidad y de forma fraternal en pro de crear una coyuntura social favorable en un futuro próximo que posibilite retomar las luchas en las calles (también en las instituciones) y llevar a cabo las demandas de más democracia, igualdad y unas condiciones materiales de vida dignas, algo que no son más que derechos que hace mucho tiempo nuestras y nuestros mayores conquistaron. Por ponerlo en conjunción con lo expuesto anteriormente, se trataría de ir provocando que las respuestas sean cada vez más "improvisadas" y menos "reguladas" ya que esto significaría que el sistema se sigue debilitando.




Pero sólo con buena voluntad y generosidad no se conseguirán los resultados que la clase trabajadora merece. Resulta indispensable , a mi juicio, la creación de conciencia de clase, que aquellas personas que se encuentren indignadas, en situación de precariedad, en riesgo de pobreza, vean y sientan que tienen un nexo de unión con aquellas que se encuentran en exclusión social por sufrir cualquier tipo de discriminación, y que éstas a su vez encuentren ese mismo nexo con los trabajadores y trabajadoras de la sanidad, la educación, con las distintas "mareas", y éstos con las personas dependientes y desempleadas, y con las desahuciadas, y con las víctimas de estafas financieras... un mismo nexo de unión que no es más que sentirse parte de algo, de una misma clase que está dispuesta a luchar por lo que es suyo, por lo que le pertenece y por hacer que todo cambie. 

Dicho esto, la tarea es clara y el momento es ahora. En este tiempo en el que aquellos que no hablan de "proceso constituyente", que incluso se les eriza la piel al escuchar estas palabras, son en cambio los que lo están llevando a cabo (desde arriba), es el tiempo en el que hay que crear una empatía colectiva, un criadero de solidaridad que nos lleve a entender que si no marchamos unidos, nos mataran por separado y formar (también desde el punto de vista de la enseñanza) un bloque político y social que bajo la idea de la unidad popular sea capaz de revertir todo lo que está haciendo ese "proceso constituyente desde arriba" y empezar a construir nuestro futuro desde la libertad, la igualdad y la fraternidad como sólo seremos capaces de hacerlo "las de abajo".

Salud y República.